sábado, 19 de enero de 2008

Y cómo los conocí....

Estos pequeños pastelitos tan famosos en los paises del Norte y (que por cierto) hacen las delicias de grandes y chicos, no es muy conocido en nuestro pais.
Tal vez cabria aclarar que el parecido con las magdalenas criollas es indiscutible...pero tienen un no se qué que nos intriga...
¿En donde radica la magia de estas pequeñas bolitas dulces?En su cobertura colorida y desafiante? Acaso en la promesa de lo rico que sera si lo mordemos?En que por un segundo y al mejor estilo Walt Disney volvemos a ser un poco niños?O nos quedamos con la sencilla respuesta de lo practico?
Lo cierto, y todos lo sabemos, es que las cosas ricas entran primero por los ojos, despues por el olfato y nuestro gusto y tacto son los ultimos en enterarse.
Ahora bien...no se puede negar que la presentacion colorida y el diseño diminuto y bien proporcionado de la torta logra cautivarnos aunque no queramos.
Y si bien es logicamente un tamaño practico,creo que es sin duda la magia de sentirnos picaramente niños lo que nos lleva a querer comernos uno inmediatamente...
prometo tenerlos informados ,chicos...Un beso
Eva